La Antenna Measurement Techniques Association (AMTA), organización con sede en EE UU que agrupa a ingenieros y otros profesionales de todo el mundo especializados en las técnicas de medida de antenas, ha concedido su premio más importante, el Distinguished Achievement Award, a Manuel Sierra Castañer, catedrático y director de la Higher Technical School of Telecommunications Engineers (ETSIT) de la Technical University of Madrid (UPM). Se trata de la primera vez que recae en un español este galardón que distingue a personas cuyas investigaciones o avances técnicos han contribuido al conjunto de conocimientos del área. Recogerá el premio el día 30 de octubre en Cincinnati (Ohio, EE UU), donde AMTA celebra este año su simposio anual.
El galardón reconoce el “trabajo pionero” de Sierra a lo largo de su carrera. Entre otros méritos del premiado, el jurado indica el “desarrollo de técnicas de posprocesado en medida de antenas, avances en algoritmos de transformaciones de campo cercano a campo lejano utilizando información de un solo corte e innovaciones en medidas sin fase”. También menciona su “liderazgo técnico” como director del Laboratorio de Ensayos y Homologación de Antenas, uno de los pocos de su especialidad con acreditación ISO 17025, “reconocido por su caracterización de alta precisión de antenas y sistemas para aplicaciones satelitales, misiones espaciales de la Agencia Espacial Europea, aplicaciones de defensa y comunicaciones personales”.
Sierra asegura que recibió el anuncio del premio con “satisfacción y orgullo” a la vez que con sorpresa: “No esperaba que fueran a darme este reconocimiento ni siquiera que pudiera ser candidato”. Quienes lo han ganado anteriormente “son personas muy reconocidas en el sector” y suele suceder “cuando son ya muy mayores”, declara el catedrático, nacido en Zaragoza en 1970. Sobre su ámbito de especialidad, admite que habrá mucha gente que ignora en qué consiste. “No es ir con un metro y medir las dimensiones de una antena, sino que es ver cómo radia y cómo recibe las ondas”, explica. “Por ejemplo, cuando mandas una antena al espacio y tiene que apuntar hacia la Tierra, hay que asegurarse, antes de lanzarla, de que va a apuntar bien, y si tiene que hacerlo a Madrid, que no apunte a París. Eso es medir una antena, aunque luego hay más temas técnicos, porque no es solo apuntar, sino ver cómo lo hace, cuántas pérdidas tiene, cuál es la pureza de la onda que transmite”.
Las antenas se miden en una cámara anecoica, una estancia aislada del exterior que está diseñada para absorber cualquier onda electromagnética. De este modo, se consigue que las mediciones registradas en su interior solo procedan de la radiación emitida por el dispositivo que está analizándose. Fue a comienzo de los años ochenta del siglo pasado cuando se inauguró la primera cámara en la ETSIT, de la mano de Jesús Sánchez Miñana y José Luis Besada. “Gracias al trabajo de esos profesores del Grupo de Radiación y otros, como Miguel Calvo, se hizo una instalación de medidas que fue referencia en España”, relata Sierra.
Cuando entró a trabajar en la cámara, en 2000, tras su tesis doctoral, el hoy director de la ETSIT lideró la tarea de reemplazar el software que se usaba hasta entonces “para hacer una plataforma que pudiera controlar todos los procesos de medida con casi cualquier equipo y con cualquier sistema e intentar unirlos”. El reto era lograr unas acreditaciones técnicas cuya obtención en 2010 supuso un antes y un después. “Nos permitieron ser un laboratorio como los profesionales y dar servicio externo reconocido”, rememora. “En la última etapa, con Belén Galocha, ahora directora técnica, y conmigo al frente, lo que hemos hecho es internacionalizar el laboratorio”. Y enumera algunas de las grandes compañías a las que prestan servicio, como Nokia, Ericsson, Huawei, Rohde & Schwarz, Thales Alenia y Microwave Vision Group. También menciona a la Agencia Espacial Europea. “Haber medido las misiones a Marte, Venus, Sol, Mercurio y Júpiter no lo puede decir cualquier laboratorio, o medir muchas de las antenas de satélites como Galileo, Astra o Hispasat, entre otros”.
Afirma Sierra que el premio concedido por AMTA es también “una distinción a todos los que han participado en los últimos años en el laboratorio”: profesores, técnicos e ingeniero de medida, así como los doctorandos que le han acompañado. Preguntado sobre algún proyecto del que se sienta especialmente orgulloso, responde que “lo más llamativo” son las citadas misiones de la Agencia Espacial Europea. “Medimos el rover que se posó sobre Marte, eso es un hito”, señala como ejemplo. “Pero lo más difícil han sido las medidas de los radares de las próximas fragatas de Indra, las F-110, porque suponía controlar la cámara y controlar, además, el radar. Hubo que trabajar junto a los ingenieros de la compañía para que todo se pudiera hacer en tiempo récord. Eso fue bestial”, recuerda.
El catedrático de la ETSIT ha centrado últimamente su trabajo en las técnicas de posprocesado, “es decir, coger las medidas en bruto, ver cómo es la antena, cómo es el sistema, y mejorar, ya sea en precisión o en rapidez de medida, o en las dos cosas”. Sin embargo, considera que las técnicas empleadas en su campo deberán variar “rotundamente” en el futuro. “Ahora mismo, medir una antena puede durar horas o días, y eso tiene que cambiar. Hacer una foto, que es algo parecido, dura nada, un segundo. Tenemos que buscar técnicas para medir casi en tiempo real. Hay que dar probablemente una vuelta a todos los procedimientos y procesos, y a lo que se quiere medir, o sea, los parámetros de medida y cómo se hace. Y para eso tenemos que pensar un poco”.